El año 2018 me encontraba
realizando una investigación sobre la guerra del Chaco y me saltaron unos
textos que jamás habían aparecido en el colegio ni en la Universidad. Me llamaron
mucho la atención, en especial por el rico contenido histórico, simbólico, reivindicatorio,
los aires del fascismo en Latinoamérica estaban llegando a su punto más alto y llegaron como un remedio.
La pequeña historia dio
vueltas y sigue circulando por el “fase” y otras redes, desde México hasta
Argentina, Colombia, Perú, Japón, Noruega y Bolivia por supuesto, un grupo de mujeres
nos dio los derechos que gozamos y por motivos políticos (el MNR es el culpable),
se decidió desaparecer estos datos de la historia de la cual somos parte. El
rastro perdido del movimiento anarquista en Bolivia duró hasta pasada la Guerra
del Chaco, el espíritu revolucionario vuelve a encenderse en nuestros tiempos
como respuesta a una izquierda EEUUrocentrista, y una derecha más opresora,
sanguinaria y oligarca que antes.
Los que quieran profundizar
en la historia pueden adquirir el libro Lxs Artesanxs Libertarxs de Silvia Rivera
Cusicanqui y Zulema Lehm Ardaya de editorial Tinta de Limon, tremendo trabajo
que se dieron de recopilar un excelente momento de nuestra historia.
Les dejo la popular reseña.
Una historia de cholas.
Hace
83 años en La Paz Bolivia sale una ley municipal que prohíbe a las cholas,
mujeres de pollera subir al tranvía. Petrolina Infantes conocida como Peta y
Rosa Rodríguez y otras anarquistas de pollera encabezan un movimiento que será
después conocido como las Culinarias. Una agrupación femenina logra tumbar la
injusta ley municipal, que aseguraba que las mujeres de pollera incomodaban a
las señoras en los tranvías y por ese motivo no podían hacer uso del mismo para
llegar a sus puestos de trabajo en los mercados. Posterior logran una
agrupación mediante el activismo de un gran número de sirvientas, niñeras y
macapayas. Otras agrupaciones de anarcosindicalistas femeninas surgían, como la
Unión Femenina de Floristas o el Sindicato de viajeras del Altiplano que se
extendía a Perú, estos sindicatos y otros se agruparon para formar la FOF
(Federación Obrera Femenina) quien mantuvo en vida a la FOL (Federación Obrera
Local). Estos grupos anarquistas ganaron luchas para el pueblo boliviano que
nadie recuerda. Entre ellas el derecho al divorcio, el reconocimiento del arte
culinario como profesión, el descanso de los trabajadores el domingo, la
creación de las guarderías para madres trabajadoras, y la abolición de la
obligatoriedad del carnet de identidad y sanidad impuesta por los fascistas.
Estas mujeres de pollera con valentía anarquía y solidaridad lograron mucho y
pasaron al olvido. Todos los sindicatos de desde la FSUTCB hasta la COB les
deben sus bases, así como la izquierda boliviana le debe tanto al anarquismo que
está volviendo como respuesta a estos tiempos inciertos. Junio mes de las
Culinarias y la mujer trabajadora boliviana, que siempre supo sacar adelante al
pueblo cuando los hombres no podían.
(Foto izquierda Rosa Rodríguez, a su lado
Peta Infantes)
Ni dioses en el cielo ni amos en la tierra